Claridad con Mozart y emoción con Listz

Crítica del concierto de Juan Barahona en el teatro Jovellanos, organizado por la Sociedad Filarmónica de Gijón en colaboración con la Fundación Alvargonzález.

Teatro Jovellanos, 16 de enero de 2019

Por Mar Norlander

Crítica del Concierto de la Filarmónica Gijonesa.
“Lo más difícil en Mozart es ser fiel a la partitura y recrear todo lo que hubiese querido decir”, comentaba el pianista Juan Barahona en la conferencia previa al concierto organizado por la Sociedad Filarmónica, en el que interpretó obras de Mozart y de Listz. Exactamente no sabemos lo que Mozart quería transmitir en sus composiciones pero sí conocemos las notas que escribió en la partitura, y esas notas fueron ejecutadas con claridad y limpieza una por una. Abrió el concierto con la “Fantasía en do menor KV 396” del compositor salzburgués, una obra enmarcada en el clasicismo que precede al romanticismo de Beethoven. La ejecución de Barahona fue muy correcta sin llegar a perder la concentración, a pesar de que algún fotógrafo presente estaba molestando más de lo habitual. Continuó con una de las sonatas más conocidas de Mozart, la “Sonata en Do mayor KV 396”, formada por tres movimientos, de los cuales destaca la interpretación enérgica del Allegretto, con mucha claridad en los arpegios y delicadeza en los tres acordes finales.

La primera parte del programa terminó con “Funerailles”, la séptima de las diez piezas que componen el ciclo de “Armonías poéticas y religiosas”  de F. Listz, escrita como tributo a tres de sus amigos que mueren en el levantamiento frente a los Habsburgo. Una pieza cargada de drama y de sufrimiento que requiere de una gran madurez en la interpretación, no sólo técnica. Barahona la tenía muy bien estudiada e interiorizada y el resultado fue magnífico teniendo en cuenta que el pianista sólo tiene treinta años.  

Ya en la segunda parte del programa la “Sonata en Re Mayor KV 311” fue casi un paseo para Barahona, dispuesto a afrontar una de las obras más difíciles para un pianista: “Aprés une Lecture du Dante, Fantasía Quasi sonata” de Listz.  Con esta obra el compositor austro-húngaro, después de muchas revisiones de la partitura alcanza el ideal de “música poética”, una concepción propia que nace en Listz después de asistir al estreno de la “Sinfonía Fantástica” de Berlioz. Esta obra está cargada de innovadores recursos pianísticos desarrollados a partir de su impresión tras ver a Paganini en un concierto. Listz revolucionó la escritura pianística dejando un legado que sólo alcanzan los pianistas más osados. Ahí estaba Barahona para hacernos partícipes de la belleza y la sonoridad de la obra. Muy destacable la interpretación de algunos pasajes con la mano izquierda logrando unos graves estruendosos. La obra atraviesa momentos de sentimentalismo tenue y otros de gran intensidad emocional, amén del virtuosismo propio de la partitura. Brillante la resolución de Barahona y una merecidísima ovación por parte del público asistente.

Como ya he anotado en alguna ocasión sobre estas líneas, quiero llamar la atención sobre la falta de entusiasmo del público gijonés al manifestar su agrado ante los conciertos de música clásica. Parece un público oriental. Por suerte Barahona es asturiano y comprende perfectamente nuestra expresividad. Sabiendo que fue del agrado de todos nos deleitó con dos propinas: una “Paráfrasis sobre un tema de Schubert”, en transcripción de Rajmáninov y la preciosa “Pavana para una infanta difunta” de Ravel. Magnífica elección y magnífico pianista al que auguramos una brillante carrera internacional.

 

 

Juan Barahona deslumbra en el teatro Jovellanos

Crítica del concierto de Juan Barahona .

Teatro Jovellanos, 16 de enero de 2018

Por Ramón Avello

Crónica del Concierto de la Filarmónica Gijonesa.

El pianista asturiano ofreció su versión de Mozart y Liszt en un concierto de la Filarmónica

El pianista asturiano Juan Barahona abrió ayer, en el Teatro Jovellanos de Gijón, el ciclo de Jóvenes Intérpretes Fundación Alvargonzález, organizado por la Sociedad Filarmónica de Gijón. La Fundación Alvargonzález concede desde hace años becas de ampliación de estudios para jóvenes músicos. Juan Barahona fue, precisamente, uno de los intérpretes que disfrutó una ayuda de esta institución.

El joven pianista ovetense ofreció un programa sobre la creación e interpretación de dos compositores muy diferentes: Mozart y Liszt. Para Barahona, la música de piano de Mozart se caracteriza por el fraseo ‘cantábile’ y por rasgos expresivos y de dinámica señalados en la partitura, que iban más allá del ‘fortepiano’ de la época de Mozart. La diferencia fundamental con Liszt, más fundamental que un virtuosismo y una técnica avasalladora, es la carga dramática y la concepción poética. Estos rasgos salieron a la luz en un programa variado, complejo, en el que se interpretó la ‘Fantasía en do menor’, K. 396, y la ‘Sonata N.º 10 en DO mayor’, K.330 de Mozart, y ‘Funerailles’, de Liszt, en la primera parte, y la ‘Sonata N.º 9 en Re mayor’, K. 311, de Mozart y la ‘Sonata Dante’, de Liszt, en la segunda. Como propina tocó ‘Paráfrasis sobre un tema de Schubert’ de Rachmaninoff y la ‘Pavana para una infanta difunta’ de Ravel.

El Mozart de Barahona es exquisitamente ‘cantábile’, con una gran claridad en los fraseos y muy interiorizados los matices. Un Mozart prerromántico y emocional. Su Listz, muy bien interpretado tanto técnicamente como en los aspectos expresivos, es fundamentalmente una lectura de honduras dramáticas, muy poética y que no se queda en un mero alarde de virtuosismo sino que va al fondo de la obra. Un Listz asombrosamente descriptivo. De lo más apludido fue la segunda propina, también tocada con transparencia y muy rica en planos sonoros. Sin duda Juan Barahona no es una promesa, sino uno de los grandes pianistas que tenemos en Asturias. Ayer lo comprobamos.

 

 

Catalogación y digitalización del Archivo Histórico

Catalogación y digitalización del Archivo Histórico

La Sociedad Filarmónica de Gijón ha puesto en marcha la segunda fase para completar la catalogación y digitalización de sus fondos documentales, que está siendo realizado por el documentalista y socio de la Filarmónica D. Alfonso García Rodríguez, en un proyecto subvencionado por la Fundación Municipal de Cultura y Universidad Popular. 

Aprovechamos para pedir a los socios que si alguien está  en posesión de algún documento histórico de la Filarmónica ( carnets, recibos, cartas, recortes de prensa, fotografías, etc, sobre todo anteriores a 1950), lo ceda o lo done a la Filarmónica, para completar estos fondos documentales y que a su vez, puedan estar  debidamente clasificados y custodiados,  a disposición de los investigadores o personas interesadas.

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